sábado, 22 de enero de 2011

Nada he hecho desde que me levantara esta mañana más que permanecer sentada en el sofá leyendo blogs ajenos que luego he ido enlazando con otros blogs ("preferidos") de los primeros y, como he visto a algunos famosillos entre los nombres, me he proclamado como seguidora de esos blogs sin importarme, en verdad, una puta mierda ninguno de ellos. El bloguero famosillo que más me interesa ahora mismo es Malherido, y sólo porque me hacen reír frases como: "(...) y sus carnes y el mechaje, palabra que me acabo de inventar".
Tengo la boca del estómago como la boca de un bidón de gasolina, nauseabunda y maloliente. Anoche fuimos al Matisse a ver a No Frost y me gustó el rubio imberbe que parecía guiri pero luego no lo era. Y no se nos acercó. Joder. Qué feos son los españoles, coño. Menos el rubio imberbe que parecía alemán o suizo o algo. No se nos acercó más que escoria pura de la noche. Un par de yonquis de un metro cincuenta que nos pedían tabaco de liar, y luego tres amigos de Carlet a los que se les escapaba el valenciano por entre las palas separadas. Me acosté deprimida, en verdad.
En cierto momento me sentí atraída por un tal no sé quién porque me hizo reír. Reí a carcajadas, carcajadas que brotaron de lo más hondo, carcajadas que valieron por todas las carcajadas que no me he echado desde que me echaran del curro y desde que las promesas de un nuevo contrato se estiraran en el tiempo como un chicle enganchado en el quicio de una puerta. Y luego el recuerdo de las carcajadas permaneció largo rato dentro de mí, estimulando nuevas carcajadas.

Mi hermana me llama y me dice: "Qué haces, vamos a la piscina?" Y yo: "Huy, joder, qué resaca tengo, a la piscina?". Y luego me llama y me dice" Que no, que está cerrada, que hoy es San Vicente". Me llama luego a las tres horas y me dice: "Qué haces? Vamos de compras?". Y yo le digo: " En serio? De compras? Huy...". Y luego me llama y me dice " Están las tiendas cerradas, que hoy es San Vicente". No sé quién tiene las facultades más mermadas ahora mismo...

Total, que tengo que pensar en muchas cosas, por eso me había levantado pronto, y enfrascado en la lectura del blog de Malherido y reído con los comentarios, y saboreado los post más certeros y audaces y sagaces y fugaces.

Joder, qué hago. Tengo hasta el día 31 de enero para inscribirme en un examen europeo de oftalmología que cuesta 400 euros y que es en mayo y en París. El examen puede ser en francés, inglés o alemán. Yo hablo mejor el francés, pero toda la literatura científica la he leído en inglés. Es difícil, el examen, pero todos mis compis se presentan. Tendré que crearme una nueva rutina de estudio, y eso significa que no podré estar pensando y riendo durante horas las mañanas de los sábados. Por otra parte, eso me lleva a no tener qué decidir qué hacer cuando no sepa qué hacer.

Creo que me apuntaré, mi padre me lo paga, me lo ha dicho. Y mi madre ha añadido que es un reto intelectual y por tanto, algo muy estimulante.

Mi hermana me llama al poco y me dice: "Qué haces? Comemos?". Y yo: "Huy, no tengo comida, literalmente, en la nevera". Y ella: "Compramos, comida?", y yo: "Creo que está cerrado Mercadona, que hoy es San Vicente". Y bueno, ahora tengo que ir a Opencor a por pasta fresca porque se lo he prometido.

Maldita resaca.

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