domingo, 13 de noviembre de 2011

MI PADRE

Mi padre está estudiando griego clásico para leer el Nuevo Testamento en su lengua original. Y ahora ha empezado también con el hebreo clásico para leer el Antiguo Testamento en su lengua original. Y hasta sánscrito para leer los Vedas... Mi padre abandonó el seminario hace años y durante una época se dio a la bebida. Nos amó de manera entregada pero blasfemando a cada rato. Con el aliento pestilente de vino barato. Su quietud de las tardes tras la siesta, inmerso en sus libros, en el silencio rancio de las tardes en que yo estudiaba en mi habitación y todo estaba quieto y a mí me inquietaba todo porque pensaba que eso no era la vida. La tarde trascurrida y yo leída y estudiada hasta la médula y luego las conversaciones sobre autores que él leía y a mí me daba miedo tan solo el abrir alguno de esos libros. Mi padre se cree ateo pero lee con furor las Sagradas Escrituras en su lengua original. Aún perdura su hábito inquebrantable de las tardes en penumbra, leyendo. Y ahora en el otoño me da pena, tan menguado de viejo que se ha vuelto, tan sin vino, sin delicias culinarias, sin su disartria ni sus blasfemias, tan dulcificado. Y yo menos estudiosa de ciertos ámbitos y más curioseadora de ciertos otros que me atañen más. Seguimos conversando en las tardes en que voy a verlo, tanto silencio, tanto de iglesia. Mi tío materno es monje de clausura de la orden cisterciense y cuando viene a vernos en las contadas ocasiones en que osa hacerlo lleva su hábito y a mí me da vergüenza pasear con él, como la vez que vino a verme al hospital para que le graduara la vista, aquellas gafotas tan ajenas a la moda y el olor de la tela del traje que portaba. Recuerdo los viajes a Palencia, a San Isidro de Dueñas, todos los críos en el coche y el monasterio más fascinante que mi imaginación de la infancia hipertrofiara para deleite de muchas noches de ensoñación. La sopa de patata y el pan de la mesa, el olor a incienso y los cantos de mi tío, las oraciones... Mi padre visitó hace poco el monasterio y pernoctó algunas noches y se levantaba con los cantos y miraba las misas y oía los maitines y el resto de nombres que no consigo recordar*. Pero él sigue siendo ateo, como yo**. Y toda esa vida me es tan ajena que causa hasta repulsa por lo trasnochado y lo caduco de sus ideas. Pero aún esos sueños del monasterio me reconfortan y mi padre mostrándome la grafía hebrea realmente compleja me gusta, y esa penumbra de las tardes y el sol cayendo del otoño y la estufa y las naranjas y el silencio de siempre, me gustan también y siento que se trata de una vejez prematura que me acompaña, yo, tan joven que parece imposible que no haya llegado ya al fin de mis días.



* Visita a la Wikipedia: 
  • Maitines: medianoche
  • Laudes: al amanecer, habitualmente sobre las 3:00
  • Prima: Primera hora después de salir el sol, aproximadamente las 6:00 de la mañana
  • Tercia: Tercera hora después de salir el sol, las 9:00
  • Sexta: mediodía, a las 12:00
  • Nona: sobre las 15:00
  • Vísperas: tras la puesta de sol, habitualmente sobre las 18:00
  • Completas: antes del descanso nocturno, las 21:00

** De todo aquello queda una pasión insólita hacia la música antigua: Tomás Luis de Victoria, Monteverdi, Bach, Biber...

1 comentario:

  1. Los monjes inventaron el horario y por eso los maldigo, los campesinos, el más natural calendario y por eso los bendigo

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