viernes, 15 de abril de 2011

AMIGAS LAS DOS

¡Ay! Anoche no pegué ojo. Como saben, vivo en D. Ya tengo una habitación en la que me instalaré el lunes. Y hasta ahora he estado alojándome en casa de una compañera del hospital, muy simpática ella, y alta, y rubia y bueno, hubo ciertas coincidencias en ciertos temores que siempre son agradables de compartir, sobre todo cuando una llega nueva a un sitio donde no conoce a nadie y una no tiene apenas experiencia laboral y tiene un contrato precario donde tratar de mantenerse con cierta dignidad y una trata de destacar en las labores y dice siempre sí al jefe que la invita a tomar cafés mientras los pacientes se acumulan y él sólo parla de salir de fiesta el fin de semana, que luego él no ve un paciente ni medio... Y bueno, febrero pasó y yo me sentía bien en este pueblo de la costa que ahora comienzo a explorar, hoy sentada mientras estudiaba en una plazuela tranquila rodeada de casas encaladas y bares con las fachadas pintadas de azul imitando a viejas moradas de pescadores que tratan de sobrevivir frente a las magnas construcciones que como bien saben parasitan la costa mediterránea. Y había complicidad y risas y cigarros y copitas de vino en las noches que nos recordaban el cansancio que resurge cuando una pega el culo en buen asiento y frente a buena compañía... Anoche, me acosté a las once y como debíamos compartir cama ella se acostó a mi lado y me habló de ganas de besarme, de besos que me daría, de ideas que se le presentaban intrusas como cacos. Había fumado porros, ella, y yo me encogí en mi rincón de la cama aterida de miedo, que se abre de pronto una brecha entre mi amiga y yo. Gritaba yo de la risa, no digas tonterías, que tú eres hetero, bueno, lo que tú digas. Que sí, que se te está yendo la olla. Bueno, si supieras lo que estoy pensando... Pero permanecí rígida en mi rincón, yo no te beso, que eres mi amiga, el espacio de la calma y el resposo, y lo otro es caos y confusión y miedo. Yo me quedé en mi rincón, como perro moribundo en el arcén, y los coches pasando y la lluvia que me moja y casi tiritaba del frío que me entraba. 

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